Marley estaba muerto; eso para empezar. No cabe la menor duda al respecto. El clérigo, el funcionario, el propietario de la funeraria y el que presidió el duelo habían firmado el acta de su enterramiento.
También Scrooge había firmando, y la fima de Scrooge, de reconocida solvencia en el mundo mercantil, tenía valor en cualquier papel donde apareciera. El viejo Marley estaba tan muerto como el clavo de una puerta.
Cuento de Navidad - Charles Dickens
Cuento de Navidad - Charles Dickens
1 comentario:
Me gusta mucho! Tu trabajo es muy bueno y me gusta mirar a tu trabajo mucho. :)
(I only took 3 years of high school Spanish!)
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